Mi verdad es tu verdad, mi sueño es tu sueño, mi adiós es tu hasta pronto. Todo pasó hace seis años. El culpable: tu mejor amigo. Te hiciste pasar por él en el trabajo y yo como tonta caí. Hablamos un buen rato y ahí comenzó una historia hermosa, interesante y sobre todo muy especial. Al principio no entendía el por qué me llegaste a gustar. Me pareciste feo, pero tiempo después el más lindo y cariñoso de todos. Aprendí a conocerte y no me queda duda que sos una personita muy valiosa porque yo veo algo que los demás no ven. Pero bien dicen que no todo es color de rosa y hay que enfrentar la realidad. Por veces no estamos al lado de las personas que más queremos sin embargo, si esa persona está feliz tu también lo estas.
Este nuevo camino que te espera será una de las experiencias más hermosas que marcaran tu vida por completo, un camino en dónde yo no formaré parte. No quiero irme sin antes darte las gracias por enseñarme que la vida solo es una, que no hay que darse por vencido, que los obstáculos siempre están en nuestras vidas pero sin embargo hay que luchar por esa meta, esa meta que da el sentido de vivir a lo máximo, gracias por enseñarme a evadir el no puedo, por regañarme cuando decaía y decía “hasta aquí”, gracias por darme esas palabras de aliento que siempre necesitaba escuchar sobre todo de ti, gracias por enseñarme que a pesar de estar en un mal día hay que sonreír pues uno no sabe quién se enamoraría de esa sonrisa, gracias por darme parte de tu vida y tiempo, por demostrarme que siempre estabas conmigo incondicionalmente, por compartir tantas cosas, por vivir momentos especiales que jamás olvidaré, gracias por hablarme fuerte cuando era necesario, por sacarme una sonrisa en medio de una tristeza y por iluminar mi día cada vez que pasábamos juntos.
Lastimosamente nuestras vidas no están hechas para vivirlas juntos. Hemos llegado a algo que alguna vez temimos llegar, esa vez que prometimos no iba a pasar sin embargo, pasó. Me arrepiento de no haberte dicho ciertas cosas cuando estábamos juntos en el mismo paraíso. Seguramente si lees esto es porque ya no pertenezco a la vida, sino a la ilusión, una ilusiión eterna que recién comienza. Ahora que estamos lejos sólo me queda decirte: gracias, te quiere ahora desde el cielo: tu novia eterna.
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